Estrategias de ventas flexibles
Conectar la estrategia empresarial con iniciativas de ventas específicas es crucial para el éxito a largo plazo de cualquier organización. La estrategia no solo define y crea un entendimiento común de la dirección a largo plazo de la empresa y lo que hará para alcanzar su misión, sino que también enfrenta desafíos constantes debido al cambio. Para los directores de ventas (CSOs), estos desafíos incluyen mantener al equipo de ventas enfocado en alcanzar los objetivos y responder más rápidamente a amenazas y oportunidades mediante una previsión adecuada y planificación de escenarios.
Aunque el cambio es sin duda un desafío, los líderes de ventas pueden usarlo a su favor. Con una estrategia diseñada para la flexibilidad, el entorno actual, lleno de cambios, puede presentar numerosas oportunidades de crecimiento.
Según la investigación de Gartner, los ejecutivos dedican un promedio del 25% de su tiempo a la planificación. Sin embargo, el 56% de estos ejecutivos considera que su proceso de planificación actual es una pérdida de tiempo, y solo el 31% siente que sus estrategias los posicionan para alcanzar objetivos a largo plazo. Existen fallos comunes para el éxito:
Los líderes de ventas deben desarrollar objetivos de ventas de alta calidad. Sin embargo, a menudo, los objetivos efectivos están ausentes de la estrategia de ventas. Esto ocurre cuando una organización no logra crear objetivos claros, orientados a resultados, que sean desafiantes pero también realistas. Los objetivos de ventas que son demasiado amplios, mal definidos o parecen estar en conflicto con los valores de la organización son una causa común de fracaso estratégico.
Es crucial asegurar un proceso de desarrollo de objetivos que incorpore tendencias externas, una evaluación de la función y prioridades organizacionales más amplias. Estos tres insumos pueden no ser siempre accionables por sí solos, pero pueden producir objetivos de alta calidad alineados con las realidades comerciales y las prioridades de nivel superior.
Otro componente crítico de una estrategia de ventas son los KPIs que miden su progreso hacia sus objetivos, presupuestan sus recursos, colaboran con otras funciones y, en última instancia, impulsan el cambio. Cuando se miden y comunican correctamente, los KPIs estratégicos proporcionan información comercial accionable e inteligencia organizacional.
Según la investigación de Gartner, el 61% de los ejecutivos siente que su organización lucha por cerrar la brecha entre la formulación de estrategias y la implementación diaria. Esto se debe a que los stakeholders clave a menudo luchan por entender y conectarse con las estrategias cuando no se comunican efectivamente. De hecho, los empleados tienen un 77% más de probabilidades de ser de alto rendimiento cuando su nivel de comprensión de los objetivos y su conexión con el trabajo es más alto que cuando su comprensión es baja.
Una forma efectiva de comunicar la estrategia de ventas es a través de un plan estratégico, un documento conciso de una página que comunica temas de alto nivel y enumera los objetivos, iniciativas y conductores de urgencia más importantes. Este método asegura que todos estén de acuerdo en cómo comunicar el plan de la manera más concisa posible y también se puede compartir con todos los stakeholders para ponerlos al día.
Implementar estos enfoques no solo mejora la alineación y la comprensión dentro de la organización, sino que también posiciona a la empresa para navegar con éxito en un entorno de cambio constante, aprovechando las oportunidades para el crecimiento y la mejora continua.